Sin Rabo de Paja 2

"¡Que se vaya Manosalvas!", exclaman algunos ex alumnos lasallanos indignados de las barbaridades que se rumoran y escuchan del actual rector del Colegio San José La Salle de Guayaquil. Es que sin duda, los que crecimos en esa institución y nos formamos durante 13 años seguidos, tenemos una visión diferente de lo que era antes el colegio. Ahora, el Hno. Richard Manosalvas, pretende vender la sección primaria a otra institución educativa que se presume es el Espíritu Santo. Pero ¿cuál es el motivo de la venta?, ¿el colegio está chiro?... no se sabe. El día del ex alumno lasallano que se celebró en el patio de diversificado del plantel, el sábado 20 de noviembre, un grupo de ex compañeros de promociones antigüas recolectaron firmas para que se evite la venta de esta histórica sección del colegio. Esas rúbricas se adjuntarán a un documento que se pretende enviarlo al presidente de la República, Rafael Correa, como ex lasallano también, para que se logre concretar el proyecto de

Soy apático a las famosas cadenas que suelen enviarse en los correos electrónicos, pero me detuve a leer este mail y me pareció muy simpático. Lo compartiré con ustedes, sobre todo este mensaje va directamente para los que están detrás de mi. Para los de primero, segundo, tercero.... hasta octavo, pues la verdad, mi vida universitaria cada vez está a punto de culminar y no saben la inmensa nostalgia que me entra solo de saber que no estaré más en aquellas bancas del CPA, de la Sála de Cómputo, del B1, del B7, del C1 o cualquiera de los cursos en donde he estado. Que ya no veré seguidamente a Benito, al Tío, a Michael, a la sra. Carmen, a los profesores, a las directoras de carrera, a la decana, al vicerrector y al propio Michael Doumet. Y sin darme cuenta, lo que dice el correo que me enviaron es muy cierto, aquí se los dejo, disfrútenlo y disfruten la U a la máxima potencia, puesto que los buenos y malos recuerdos quedarán grabados en el disco duro de nuestras memorias. Antes de entra

Sale de su oficina a recibir al equipo de Viva y rompe el hielo casi de forma inmediata. “¿Usted es Ramón Arosemena?”. “El mismo viejo desde hace 80 años, mucho gusto”, responde con una sonrisa cómplice. Así es él, bromista y simpático, pero también un apasionado de la vida, de su entorno y de su ciudadela Urdesa. Luce guayabera blanca y pantalón negro, y con su bastón en mano nos conduce a otra oficina para poder conversar más cómodos. Es la de su nieto, quien es surfista y ha hecho de ese ambiente una galería de cuadros de arena, mar y surf. Ramón nació en el barrio Las Peñas en 1930, con comadrona, “sin nada de esas ecografías y tanta cosa”. Allí creció y vivió 17 años frente al río Guayas, “donde me divertí y nos bañábamos en el río”. Después hizo del centro su casa. Se mudó a 9 de Octubre y Boyacá; en 1954, cuando contrajo matrimonio, se trasladó a una suite en Escobedo y Junín, luego a un departamento en Rumichaca y P. Icaza y a otro en Escobedo y Clemente Ballén. Finalmente se i