La fiebre de Pokémon Go y la epidemia de la delincuencia

Cazar Pokemones en las calles podrían ser focos de la delincuencia.

 
Por: Tonio Cisneros | Invitado especial

Desde que la aplicación Pókemon Go ya se puede disfrutar en el país, desde la semana pasada, la 'fiebre' de este juego acaparó tanto a seguidores, curiosos, niños, adultos, etc.

Ni muy bien se conoció que la aplicación podía ser usada en el país, cientos de personas en calles, avenidas, se las vio concentradas en su dispositivo móvil.

Será novelería o curiosidad pero este juego también ayuda al "despertar" de los delincuentes, que están a la "caza" no de un Pokémon sino de una víctima a quien sustraerle su teléfono.

La noche del sábado leía, como por ejemplo, que en sectores de la Kennedy y la Alborada, delincuentes en moto andaban por estos sectores "arranchando" celulares a cualquier persona que por buscar a estos personajes ficticios se descuidan de su seguridad.

No digo que la aplicación sea algo malo, sin embargo, para quienes se unieron a jugar esto tengan en cuenta que estamos en una ciudad donde los ladrones están "en guardia" para hacer de las suyas.

La gente va caminando mirando a sus smartphones sin darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor.

Dejen de lado, aunque sea por un momento, cuando estén en las calles o vayan en un auto, sin la protección de estar cubiertos por las ventanas, la mala costumbre de estar pendientes del bendito celular, ya sea porque revisan Washapp, Facebook, cualquier red social o la famosa Pókemon Go, cualquier distracción les puede costar quedarse sin su teléfono y hasta les puede suceder algo contra su integridad.

Ayer por ejemplo, cuando me trasladaba en la Metrovía (Metroexprees), una pareja se movilizaba en un auto spark rojo, y les cogió el semáforo en rojo unas cuantas cuadras antes del parque Forestal. Las ventanas del auto estaban abajo y con una rapidez increíble, un tipo, le arrebató el celular a la señora sin que esta pudiera reaccionar.

Hagan con sus cosas lo que quieran, pero hay que dejar la bendita manía de ser esclavos del celular, cuiden su integridad y no alimenten a ese terrible monstruo llamado delincuencia.