Querido osito Teddy



Hace 35 años la vida de la familia Loor Román cambió por completo. Doña Maria Elena y Don Teddy vieron el nacimiento de su primogénito. Un bebé hermoso, colorado, fornido y de ojos color del cielo. 


Con el paso de los años, la família creció y Teddy vivió rodeado de un entorno familiar lleno de cariño y amor, tuvo tres hermanas con las que jugó, bromeó y protegió. 

Sus padres vieron la necesidad de emigar hacia Guayaquil. Don Teddy y Doña María Elena trabajaron incansablemente para darle lo mejor a sus retoños. La educación fue primordial. Teddy, al que la familia lo apodó 'el colorado', empezó sus estudios en el colegio Americano de Guayaquil y luego en el Maharishi. Toda la secundaria estudió en el colegio Nacional, de su queridia Concordia. 

La vida les dio un primer golpe fuerte a la familia Loor Román. A los 19 años, Teddy sufrió un accidente que por poco le quita la vida tan temprano. Sus padres hicieron todo lo posible para salvarlo, varios médicos incluso le daban pocos días de vida, pero la enorme fe y las oraciones incansables de sus familiares y amigos hizo que Dios le de una nueva oportunidad para seguir viviendo. Luego de estar en coma varias semanas y pese al criterio deshauciado de los médicos que desafiaron la voluntad de Dios al decir: "que solo un milagro lo salvaría", Teddy sobrevivió. 

Este primer gran golpe sirvió para que sus familiares reflexionen de que Dios existe, de que el poder de la oración hecha con toda la fuerza de la fe, siempre da resultados. 

Y así pasó el tiempo. Osito Teddy vivió su etapa universitaria en la Universidad Católica de Guayaquil donde estudió ingeniería en sistemas, carrera que luego le daría frutos al crear la empresa Aire Net, convirtiéndose así en la primera persona en la Concordia en dotar de servicio de internet a las familias de los lugares más adentrados y lejanos del centro de la ciudad.

Su esfuerzo y horas de arduo trabajo sirvieron para llevar el sustento a su hogar. Sus hijas Isabela y Danna eran su motivación y su medicina. No había día en que Teddy chochee con sus niñas. Cariño y amor nunca faltó.

Durante este emprendimiento exitoso se ganó el cariño y aprecio del pueblo concordense. Eso lo motivó y lo comprometió a seguir trabajando incansablemente. Sus bromas y risas eran sus principales fortalezas. La buena voluntad y el buen servicio de su negocio se convirtieron en su carta de presentación, donde el decirle "no puedo" a un cliente, era como negarle la ayuda a un amigo. 

Y la vida nuevamente le pasó factura. La noche del jueves 3 de mayo Teddy acudió a solucionar un problema de internet en casa de un cliente, pero esta vez la buena voluntad le jugó en contra. Una fuerte descarga eléctrica apagó su vida para siempre. 

Hoy todos nos preguntamos: ¿por qué le pasó eso?, ¿por qué a él?... ¿por qué Dios no le dio otra oportunidad de vida?.... Y la conclusión a la que hemos podido llegar es... que allá arriba en cielo a Dios se le cayó el servicio de internet y el Padre Celestial llamó a Teddy para que le brinde una ayuda pero esta vez sin la opción de retornar a casa. 

Nos harás mucha falta Colorado!, extrañaremos tus bromas, tus abrazos, tu sonrisa, tu manera de ser. Estamos seguros que allá en cielo estarás haciendo reír a Dios junto a todos sus ángeles y estarás cuidando de tus princesas: Daniela, Isabela, Dana y María Elena. 

Que Dios te tenga en su gloria, Querido osito Teddy...

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