Polémica por un monumento

¿Qué gana la gente por oponerse o favorecer la construcción del monumento a León Febres Cordero?. Los activistas hacen huelgas, manifestaciones, protestas y todo tipo de actos para ganar cámara y darse a conocer. Y si es que quieren ser más chéveres, realizan algún enfrentamiento, lanzan puñetes y listo; son los héores de la patria que protestan por los "derechos de la clase más pobre".

Riñas entre: asambleístas de Madera de Guerrero Andrés Roche, Cinthya Viteri contra miembros del directorio de Patrimonio Cultural y el mismísimo presidente de la República, Rafael Correa. Qué escenario  para más bochornoso los que han protagonizado ambos bandos. En días pasados, el presi, desafió a Andrés Roche a un duelo uno a uno para enfrentarse a puño limpio, Roche por su parte aceptó el reto. Generalmente estas vergüenzas públicas quedan en la nada, al fin y al cabo nadie  va a pelear a cambio de nada.  El uno por estar a favor de la construcción del monumento de su exlíder y los otros por ser opositores y llevarles la contraria. ¿Qué ganan con todo esto?. Es simplemente una pugna de poderes y de clases sociales. Por un lado están los pro Febres Cordero y por otro están los anti Febres Cordero. ¡Caprichosos!.

Pero como si esto fuera poco, ahora resulta que una agrupación denominada Diabluma y que se dice ser una "organización político cultural de izquierda radical", que entre otras cosas, siempre está en desacuerdo con la labor que ha realizado el Muy Ilustre Municipio de Guayaquil durante los últimos años, aparece en escena. ¿Haciendo qué? ¿Aportando qué?...

Para la mayoría de los GUAYAQUILEÑOS, por no decir todos, (y resalto la palabra guayaquileños porque somos a quienes verdaderamente nos compete este asunto y debemos juzgar la colocación o no del monumento a León Febres Cordero. No los quiteños, no los machaleños, no los manabitas, etcétera), el homenaje póstumo que el Municipio de Guayaquil desea realizar al expresidente y exalcalde, León Febres Cordero, es simplemente un reconocimiento a la labor que emprendió hace dieciséis años, iniciando así, un verdadero cambio de imagen y de porvenir al Puerto Principal. Las obras que él realizó como alcalde ya las conocemos y hoy muchos GUAYAQUILEÑOS e incluso la clase pobre la disfruta. De que falta mejorar sí, y mucho. Pero eso no quiere decir que hay que desmerecer el monumento que se le quiere realizar a este ilustre personaje guayaquileño. De que tuvo errores y fallas como ser humano, pues lo aceptamos y lo reconocemos, sin embargo, eso no resta méritos por el ímpetu que tuvo para iniciar la transformación de lo que ahora es Guayaquil, una de las mejores ciudades de Latinoamérica. 

No hace falta hacer una consulta popular en Guayaquil (como está sonando actualmente) para que la ciudadanía apruebe o no la ejecución de la obra al pie del emblemático Barrio Las Peñas, eso sería un absurdo y una gastadera de dinero. El pueblo guayaquileño sabe quién es ese personaje, las obras que hizo y lo agradecido que muchos están por el cambio de imagen que le dio a la ciudad. No justifico ningún acto de violencia contra nadie. De ahí que algunos quieran hacer polémica por esto, pierden el tiempo.

Existen personas que se oponen a esta iniciativa por el simple hecho de que aquellos, quedarán olvidados e incluso llegarán a ser odiados por la propia gente de Guayaquil, cuna de próceres e ilustres personajes.