El fútbol ecuatoriano en crisis por bochornosos escándalos
El fútbol nacional está manchado, huele a corrupción. Los directivos de alto rango son los capos de los negocios, mueven grandes cantidades de dinero, hacen y deshacen a su antojo lo que quieran, pues aplican el reglamento subjetivamente y no como deberían. El balompié tricolor está por los suelos por escándalos bochornosos dignos de enmendar y sobresalir.
El año pasado el campeonato nacional 2014 se paralizó por falta de pago a los jugadores. Los clubes dijeron que formularían maneras de pago y luego el torneo se reanudó.
A fines del año pasado, también se hablaba de la famosa "Liga Profesional del Fútbol", propuesta por varios presidentes de clubes y que entre otras cosas, buscaba la independencia económica de los equipos y de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, con el fin de que los propios equipos se queden con los ingresos de las taquillas en los partidos de fútbol. (Quedó en la nada).
Este año, en enero del 2015, Luis Chiriboga nuevamente fue reelectro presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, cargo que ostenta desde 1998, el mismo tiempo que tiene Joseph Blatter en la FIFA. No hubo contrincante, sonriente y desafiante, Chiriboga "festejó" su nueva victoria. Muchos dirigentes pidieron que él ya no siga más al frente de la FEF, pero todo quedó igual... más bien, votaron por él.
En mayo, Octavio Zambrano, en ese entonces técnico de El Nacional, denunció que existen jugadores pasados de edad y que juegan como sub-18. Nadie le creyó e incluso la FEF los sancionó por seis meses en que él no podría dirigir a ningún club ecuatoriano. Los jugadores involucrados siguieron jugando y luego poco a poco fueron relegados sin razón alguna.
En junio se jugó la Copa América de Chile 2015, varios jugadores de la Tri, se echaron para atrás y decidieron no jugar este torneo por argumentar estar lesionados, lo que generó un complot dentro de la Selección Ecuatoriana de Fútbol, que quedó eliminada en la fase de grupos.
En julio es que estalla la olla de grillos en el campeonato ecuatoriano de fútbol. El Registro Civil confirmó y reveló que varios jugadores de fútbol poseen sus documentos suplantados y sus edades alteradas. Los equipos involucrados en este rollo, Liga de Quito e Independiente del Valle al principio defendían las edades de los chicos, luego se retractaron y pidieron sanciones a los equipos de donde provinieron.
Ecuador se vio inmiscuido en este terrible escándalo de adulteración de edades en los jugadores y Uruguay fue quien se pronunció primero afirmando que suspendan a la Tricolor en torneos internacionales tal como ocurrió con México que no pudo disputar las Eliminatorias al Mundial de Italia 90. La FIFA que ha estado en el ojo del huracán durante estos últimos meses, deberá poner mano dura en este caso y aplicar las sanciones correctivas para que no vuelva a ocurrir este tipo de bochornos.
Mi postura:
El fútbol ecuatoriano está manchado desde su más alta esfera que comienza con el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga, que durante su periodo han sonado casos de adulteración de edades de los futbolistas, casos de coyoterismo, invitación a personas que no tienen nada que ver en el ámbito del fútbol a Mundiales, entre otros casos más.
Si las cosas no cambian de raíz y de copa, el fútbol nacional seguirá enlodado en la podredumbre de la corrupción. La credibilidad de nuestro balompié se verá afectada empañando a los clubes y sus dirigentes, y los derechos de los jugadores se verán vulnerados.
¿Cuál es la solución?... Ejercer presión por parte de los dirigentes de clubes hacia el presidente de la FEF, para que las cosas cambien. Que los reglamentos sean aplicados con justicia y rapidez y no tener que esperar a que sea martes (por los Consejos Ordinarios de la FEF) para que se coloquen sanciones y se analicen casos.
Se debe actualizar el reglamento y aplicar una norma de salarios a jugadores, que existe un tope máximo y uno mínimo para evitar que clubes les adeuden a los futbolistas y estén al borde de la quiebra como es el caso de Liga de Loja y Deportivo Quito.
El futuro del fútbol nacional está en manos de los propios dirigentes, ya no más compadrazgos, ya no más sanciones a dedo, ya no más robos de resultados a través de árbitros mediocres, ellos también deben ser sancionados; ya no más escándalos de corrupción... Hay que poner orden y hay que hacerlo ya.
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