¡Los 30!

Ayer fue mi cumpleaños número 30. Varios amigos me preguntaron qué haría para festejarlos y realmente les respondí que nada. "¡¿Nada?!", me repreguntaron... "No acostumbro a festejar mis cumpleaños. Todos piensan que debo celebrar un año más de vida pero en realidad es un año más de vejez y no quiero pensar en eso por ahora", añadí.

¡Llegué a los treinta!, para mi es duro dejar la etapa veinteañera considerada la más exitosa (creo que para todos) ya que en esta década uno se gradúa como profesional, consigue su primer trabajo, formaliza con su pareja, se afianza  económicamente, consigue cosas que en la etapa de adolescente no se pudo conseguir, viajas, disfrutas con tus amigos, ves la vida de otra manera, dejas atrás las chiquilladas, maduras, asciendes en tu trabajo, te compras tu auto, tu casa, en fin... extrañaré tanto la etapa veinteañera porque en ella lo he conseguido todo o al menos lo que he querido.

Desde ayer comenzó una nueva década para mi. Una de las más difíciles. Es todo lo contrario a la anterior. En esta de aquí es donde más sufres, más lloras, más te engordas, te comienzan a salir canas, tienes menos tiempo para hacer todo lo que lograste en la anterior. ¿Por qué?... simple... Se viene una avalancha de gastos y no por alguna inversión (excepto lo que lo hayan hecho) sino por que así es la vida. Pagas las cuotas de la casa (mínimo por 20 años o más), pagas el seguro del auto, pagas empleado, pagas los servicios básicos, mantienes tu hogar, dedicas más tiempo a trabajar para darle todo a tu nueva familia, a tus hijos, a tu esposa... Equipas tu casa, cada detalle cuesta, cada clavo cuesta, cada metro cuadrado de césped para sembrar en tu patio cuesta, y un sinnúmero de situaciones cotidianas más... todo por un mismo sueldo o quizás por un pequeño porcentaje más. En los 30, para ciertas empresas o negocios a uno ya no lo consideran productivo, prefieren apostar a "la juventud". En pocas palabras, quienes lleguen a la tercera década de vida estarán sentenciados a ir muriendo  lentamente y a ser considerados "no aptos" para producir.

¡Los 30!, la etapa más dura y amarga... Luego vendrán los 40, los 50 y los 60, considerada la etapa veinteañera de la vejez... Uy no... se me fue la vida y eso que recién comienzo.

Quienes ya estén en esta etapa podrán dar fe de este testimonio. Pero yo, lograré hacer la diferencia, de eso estoy seguro.