¡90 años más!

En nuestro país estamos viviendo uno de los peores casos de corrupción y manipulación en el sistema judicial, creo que no es necesario pedir pruebas, es algo evidente. El juicio que le sigue el presidente de la República, Rafael Correa, en condición de "ciudadano" a Diario El Universo, los hemanos Carlos, César y Nicolás Pérez y al exdirector de opinión Emilio Palacio, es uno de los casos judiciales más patéticos que el Ecuador haya podido vivir. 

Cambios de fechas de audiencias al antojo y conveniencia del "ciudadano", injusticia durante todo el proceso judicial, preferencias para las barras del primer mandatario para que ingresen a las salas de audiencias, impedimento de ingreso a la prensa a la audiencia para el respectivo seguimiento del caso, primera sentencia elaborada fuera de la Corte de Justicia (Chucky Seven), un juez que leyó el caso que contenía más de 5000 páginas en tan solo 33 horas, cambio de jueces como cambiar las fichas de un tablero y demás acciones oscuras, olor y color a corrupción, parcialidad hacia el lado presidencial y otras cuestiones más; se pudieron evidenciar durante todo el proceso del caso El Universo. ¿A qué les huele todo esto?...

No se si estuve confundido durante todo este proceso, pero ¿Rafael Correa cumplía su rol como ciudadano común o como presidente del Ecuador? ¿Sus abogados, defendían al primer mandatario o al ciudadano Rafael Correa? Fue una mescolanza. Pero dudo mucho que haya sido como ciudadano ¿saben por qué?,  porque a ningún ciudadano común le han acelerado los procesos judiciales ya sea por haber sido víctima de robo, violación, asesinato, desaparición, fraude, estafa y demás delitos... A ningún ciudadano común se otorgan una seguridad impresionante para cuidar su integridad, cerrando una cuadra a la redonda, con francotiradores en los techos y con militares haciendo cadena humana para que nadie ingrese a la Corte de Justicia. Creo, que es la primera vez en la historia del país que un ciudadano común gana un juicio de $40 millones de dólares en tan solo dos meses de iniciado el proceso judicial. ¡Para Ripley!...


La sentencia, no la ganó un ciudadano, la ganó el presidente de una nación. Los ciudadanos de mi país, no tienen este tipo de privilegios ni de agilidades judiciales. Lo expresé en twitter, cuando me enteré que la sentencia había sido favorable para Rafael Correa, me sentí indignado, impotente, triste por estar viviendo en un país tan precioso como es Ecuador pero que la injusticia, corrupción y abuso de autoridad empañan esa belleza que posee mi nación.

Me puse por un momento en los zapatos de los Pérez para imaginarme un poco qué sentían ellos en ese momento, y la sensación fue terrible. Que un diario de prestigio, tanto a nivel nacional e internacional que cumple 90 años, celebre sus fiestas en un clima hostil, lleno de incertidumbre y angustia por pensar qué sentenciarán los jueces. Ver perder una empresa que fundó su bisabuelo y que ha pasado de generación en generación hasta llegar a ellos y luego ver cómo se la arrebatan, es algo inexplicable. Sentir que la "libertad"  de ellos se limitará tan solo a una celda de 4 metros cuadrados, en condiciones deplorables, hacinados en un espacio fétido y nada agradable. No poder ver crecer a sus hijos, abrazar a sus esposas, llegar a casa y oler a hogar, oler a una buena comida. Pensar en cómo conseguir 40 millones de dólares para poder pagarlos. Y sobre todo esperar a que pasen tres largos años para poder estar en libertad cuando se es inocente. Todo esto resulta injusto. 

La sentencia en la segunda instancia se ha ratificado. El presidente de la República ha manifestado que si Diario El Universo se disculpa ante el país, podría desistir del proceso judicial. Eso no es pedir disculpas, eso es humillarse y reconocer algo que no lo han hecho.


Sin embargo, admiro demasiado la fortaleza de carácter de los hermanos Pérez. Su valentía, su carisma, su seguridad al hablar, al actuar. Parecerían que su padre, don Carlos Pérez Perasso los estuviera acompañando físicamente y dándole esas palabras de fortaleza y orientación que todo padre da a sus hijos. La gente grita a todo pulmón: "Los Pérez no están solos" y es verdad, eso les da confianza, eso los llena de fuerzas. A esto se suma el coro de "¡noventa años más, noventa años más!" y renace en ellos, esa ilusión de ver seguir creciendo esa empresa familiar y que a futuro quizá los hijos de los hermanos Pérez tomen la batuta para continuar con el trabajo de seguir informando al país y al mundo, como lo han venido haciendo durante 90 años.

Admiro y valoro el sacrificio de los periodistas y empleados de Diario El Universo, quienes en cada plantón se han hecho presentes y han estado apoyando y acompañando incansablemente a los directivos. Resalto la creatividad y buen sentido del humor que cada uno de ellos han tenido en cada plantón, elaborando carteles, mensajes, llevando pitos, bombos, tambores, zanqueros, stickers, pósters, monigotes, etcétera; eso los hace especial, únicos. En tan solo un año que llevo trabajando en el periódico, me he dado cuenta de que allí adentro laboran no empleados, no periodistas; sino mis hermanos, porque todos somos una familia y así nos sentimos.

La familia El Universo seguirá informando, lo dijo Carlos Pérez Barriga, y seguirá siendo el Mayor Diario Nacional. Si la justicia en cualquiera de las instancias llega a brillar, nos atrevemos a decir que seguiremos 90 años más. No nos dejaremos arrebatar nuestro hogar, peor aún la esencia que el ser humano posee por naturaleza: la libertad.

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