El carnaval del 2000
Tenía trece años, era muchacho y más pasaba en la calle jugando con mis amigos que en la casa ayudando a mi mamá o arreglando mi cuarto. Justo en estas fechas previas y durante al carnaval me acordé de la mejor etapa infantil de mi vida, el carnaval del 2000.
Con mis amigos del barrio, Andrés, Elías, Abraham, Danny, José Antonio, Christian, Diego y Daniel, era casi un ritual convocarnos a las tres o cuatro de la tarde para pelotear. Pero para estas épocas previas al carnaval lo que hacíamos era llenar con agua los globos de colores marca Payaso y mojar a quien se nos cruzara por nuestro camino. Empleadas domésticas, albañiles, niños, niñas, señoras y señores y hasta los parabrisas de los vehículos eran nuestras víctimas de nuestra 'malicia infantil'. Y digo malicia no precisamente porque fuéramos malos, sino simplemente porque queríamos sentir esa adrenalina de divertirnos y ser felices.
Nuestra trinchera era la terraza de mi pana Danny. Desde allá inflábamos los globos, los colocábamos en una tina con agua para que no se reventaran y siempre nos manteníamos sigilosos para que la mamá de él no nos descubriera y nos haga bajar.
Una tarde, por la avenida Primera de Entre Ríos pasaron nuestros acérrimos rivales, los de la avenida Segunda y otros más. Nuestro grupo siempre se caracterizó por ser muy unidos y así nos mantuvimos hasta cuando ya cada uno cogió sus rumbos universitarios. Esa tarde venía "paseando" un gran grupo de esos de la segunda como los identificábamos, algunos eran conocidos nuestros otros no. "Muchachos ahí vienen los manes de la segunda, escondámonos para mojarlos", advirtió Elías, uno de los más terribles del grupo.
Todos nos pusimos a buen resguardo y al escuchar que ya estaban casi frente al condominio, nos asomamos poco a poco y como en guerra, empezamos a lanzarles globos como locos, a algunos los mojamos, a otros les cayeron en la cabeza... Ellos estaban furiosos, "bajen para mojarlos, ya verán"... ¡Nos declararon la guerra!...
De inmediato armamos nuestra estrategia, sabíamos que la guerra de globos iba a empezar en pocos minutos. Mientras unos llenaban los globos, otros los amarraban y los colocaban en las tinas. Teníamos que estar preparados para el enfrentamiento. A lo lejos visualizamos a los de la segunda, ya estaban cerca. Venían en bicicleta, con globos colocados en sus camisetas y manos. Nosotros bajamos y también nos paramos en medio de la calle... ¡La guerra empezó!...
Junto al condominio de Danny había una casa que estaba a medio construir, algunos de los nuestros se escondieron ahí para cubrirnos. De pronto los de la segunda corrieron hacia nosotros y solamente lanzábamos los globos y ellos también; tratábamos de esquivarlos, a muchos de nosotros nos mojaron, de repente nos quedamos sin municiones. Los muchachos que estaban en la construcción lanzaron sus globos y los de la segunda corrieron hacia esa casa para corretearlos... Yo estaba en ese grupo también junto con Diego, Christian y Elías. Vimos subir a uno de ellos pero Elías fue más suspicaz y lanzó un balde de agua con cemento a uno de ellos. Elías pegó una estruendosa carcajada y corrimos para bajarnos de ahí lo más rápido posible como alma que lleva el diablo.
Algunos de la segunda habían ido a ver más globos, pero los traían en baldes repletos. Era una salvajada de guerra. A esas alturas nosotros ya estábamos empapados, pero el enfrentamiento seguía. Al ver eso subimos a la terraza de la casa de Danny y desde arriba les lanzábamos globos, abajo la mamá de él se enteró de todo el alboroto y nos llamó la atención. Nos cruzamos hacia la otra terraza y bajamos con cuidado para que los de la segunda no nos vean. De ahí poco a poco nos fuimos acercando para lanzarles globos y quitarles el balde de ellos, esa era nuestra estrategia.
Y así lo hicimos, recuerdo que fue Danny quien se arriesgó a quitarles el balde y nosotros lo apoyamos lanzando globos a los demás rivales. El balde ya casi estaba vacío pero lleno de agua, y los de la segunda salieron despavoridos. ¡Ganamos la guerra!... Como señal de victoria Danny levantó el balde y se bañó él mismo. Nosotros nos acercamos a él y nos reventamos entre nosotros los globos que nos sobraron... ¡La guerra terminó!... Qué felices que éramos, nunca olvidaré ese carnaval del 2000...
chuta loco imposible de olvidar esa etapa de las mejores que he vivido...muchos que lo lean tal vez no lo creerán...te felicito
ResponderEliminarTodavia recuerdo cuando tire esa agua con cemento! Jajajajaja y si me pegue las fuertes carcajadas
ResponderEliminarQué tiempos! Lo recuerdo con una sonrisa en la cara! Tantas anécdotas la verdad..! Hasta la policía nos buscaba! jajaja Buen post Hector..! Un abrazo desde Alicante!
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