Canyoning, un deporte extremo de pura adrenalina
Reconozco que le tengo miedo a las alturas, pero cuando de hacer deportes extremos se trata, la adrenalina se ocupa de diluir esos temores. Eso me ocurrió en Baños, provincia de Tungurahua en Ecuador cuando me atreví a realizar canyoning o descenso con cabo en una montaña.
Fui con un grupo de unas 15 personas, la mayoría extranjeros. Con ellos tuve la oportunidad de poner en práctica mi inglés pero preferí hablar espanglish, ya que no hablaba inglés desde que salí del colegio (9 años).
Antes de comenzar la aventura, el guía nos dio una charla de cómo se manejan los equipos, sobre todo la cuerda y el arnés que son los principales elementos para realizar el canyoning. En la torre de ensayos que es una pared de madera montada en una estructura de hierro, comenzamos a practicar. Subimos a los 6 metros de la torre. Solo con estar arriba y mirar hacia abajo, mis ganas de hacer esta actividad empezaban a desaparecer.
La confianza del guía fue clave. "¡Arrecho, chucha!, vos eres ecuatoriano debes ser valiente, demuéstrales a los gringos que somos arrechos", me dijo con el acento propio de la sierra ecuatoriana. De inmediato me dio las indicaciones, un movimiento en falso hubiese podido caer a más de 90 km/h al piso desde 6 metros de altura.
La técnica está en tener una buena posición con el cuerpo. Las piernas y pies apoyados la pared (vertical) y mi tronco recto como que si estuviera sentado o en forma de L. Una de las recomendaciones es no mirar "nunca" hacia abajo, pues la altura puede ser engañosa y hacernos entrar en desesperación.
Aguas heladas y vista impresionante
Una vez terminada la inducción nos trasladamos en camionetas a un conjunto de cascadas en Baños. Fuimos equipados, con zapatos de lona (kit o venus), traje de neopreno y casco.
Toda la aventura duraba cerca de dos horas. Subimos una pequeña montaña, es necesario tener un buen estado físico pues las piernas y caderas son las que más trabajan en la subida. Conocimos senderos hermosos con una vegetación impresionante. La diversidad de pájaros nos acompañaron durante el trayecto con sus característicos cantos y silbidos. Incluso a lo lejos pude observar las escaleras que dirigen hacia el temible Pailón del Diablo.
Ya en la cima, la vista de Baños fue impresionante. ¡Y comenzó nuestro primer descenso!. En total bajamos 5 cascadas más un "bono extra" en donde hay que cruzar un río con el propio arnés y la soga a manera de canopy.
Las aguas heladas de las cascadas golpeaban fuerte y el traje de neopreno era precisamente para mantener el calor corporal. Aunque parezca mentira, los zapatos de lona (kit o venus) fueron de mucha ayuda, muy cómodos y con buen agarre. El sol también fue determinante, incluso para que las fotos salgan muy nítidas y coloridas, y también para que nos abrigue.
Cada una de las personas apoyaban a los que descendían. "¡Héctor, you can do it!" (¡Héctor, puedes hacerlo!) fueron los gritos de apoyo que recibí de los gringos.
Y es que Baños se ha convertido en una ciudad potencialmente turística. Tiene gran variedad de actividades para realizar y poder vivir aventuras extremas. Además ahí conocí a la 'Mujer Sin Rabo de Paja 2012', que nos dejó impresionados a todos por su valentía y coraje.
En el centro de Baños hay una gran cantidad de operadoras turísticas que ofrecen el paquete completo para realizar canyoning u otra actividad. Los precios oscilan entre los $ 15 y $ 30 por persona, en la mayoría de estos paquetes incluyen los equipos para la actividad deportiva, fotografías y vídeos de recuerdos. Para grupos, el valor por persona disminuye.
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