El niño y la muerte
Siempre llegan esos momentos en que uno se inspira y quiere escribir algo... Esta vez voy a transcribir algo que un día aprendí, una de esas lecciones que te marcan en tu vida.
Un día aprendí mientras conversaba con un niño pobre de que la vida es lo más maravilloso que el ser humano pudiera tener. Nos pusimos a hablar de las cosas bonitas que te ofrece la vida, de esos momentos hermosos que te dejan una huella imborrable en tu memoria. El menor me miraba con atención y empecé el relato... Cuando estás vivo tienes opción a muchas cosas, a reír, llorar, amar, odiar, pelear, luchar, descansar, comer, nadar, volar en fin puedes hacer muchas cosas mientras se está vivo. El niño me interrumpe y me dice "pero bueno ahora dime, ¿la muerte era bonita?". Me quedé callado durante unos cinco segundos para pensar qué le respondería, y durante ese pequeño lapso de tiempo analicé la versión teológica de la muerte, analicé la biológica, pero no se me venía nada a la mente, no sabía qué responderle.
"No lo se", le dije; el pequeño me mira con su carita de intriga y curiosidad. Él intentaba encontrar una respuesta a su interrogante. Y continué con mi relato...
- Nadie podía descubrir que hay más allá de la muerte, nadie lo sabe, porque nadie excepto Jesús, murió y nuevamente resucitó. Pero según como la pintan, supongo que ha de ser fea. Cuando alguien se muere, todos se ponen triste. Cuando alguien está enfermo y sabe que se va a morir, se entristecen, se deprimen. Me atrevo a decir que es fea y triste, porque todos visten de negro cuando un amigo o un familiar se muere; a mi me gusta utilizar colores vivos, como el rojo, el azul, el anaranjado, pero nunca me he puesto a pensar si la muerte sería bonita, ¿por qué lo preguntas?
El menor me evadía mis preguntas y más bien insistía en encontrar una respuesta certera.
- Pero alguien debería de investigar sobre la muerte, qué hay más allá, cómo es ese lugar, a dónde se van las personas cuando se mueren...
- Vuelvo y repito, no lo se... quizá si existan personas que investiguen sobre lo que me preguntas pero ha de ser difícil encontrar respuesta, pero ¿por qué lo preguntas? me sorprende que un niño a tu edad me pregunte esas cosas.
- Bueno lo pregunto porque quiero saber si las personas saben cómo es la muerte y si han ido hacia ese lugar, pero yo si sé cómo es la muerte... Es bien horrible.
- ¿En serio, y tu la viste?
- Y no solo la vi, sino que la viví también...
En ese momento mi piel se me puso de gallina, y me empezaba a asombrar con lo que me decía, a ver cuéntame más al respecto, le dije.
- Mira cuando uno nace, enseguidita se va muriendo, la gente piensa que el ser humano va creciendo pero a parte de eso también va muriéndose. Cuando te enfermas, te vas muriendo; cuando estás de muy mal genio, tu cuerpo se va arrugando y te vas envejeciendo hasta morir...
- ¿Y quién te contó todo eso?
- Nadie, no te digo que yo lo viví..
- Pero tu eres muy pequeño para haber vivido todo eso...
- Bueno por eso te dije también que yo la vi y por eso te la cuento
- A ver sígueme contando ¿cómo así la viste?
- Mira, como yo pido limosna en las calles yo veo todos los días la muerte. Cuando yo les pido dinero a las personas y las que no me dan, se van muriendo, su alma se llena de un veneno que se llama indiferencia, egoísmo y eso mata a toda persona. El otro día, fui a un restaurant a pedir un poco de comida y el señor me insultó y me sacó de ahí; ese señor también se está muriendo, su coraje y grocería, solo lo llena su alma de amargura y mal humor...
- Ahh mira tu, no sabía eso...
- Y cuando un día mi padre llegó drogrado y borracho a la casa, se puso a pelear con mi mamá y la golpeó tan fuerte que la mató... yo vi eso; por eso digo que vi y viví la muerte, es muy feo, por eso de ahí me fui a esconder debajo de mi cama, mi papá se fue cuando vió a mi mami llena de sangre, pero me dió tanto miedo y me escondí y por eso siempre pregunto si alguien sabe a dónde se van las personas muertas y si ese lugar es bonito o no.. porque nunca supe dónde fue mi mamá...
Al escuchar semejante relato, sentí que mi corazón se me partía en pedazos, y por poco quiebro en llanto al ver que de a poco los ojos de ese niño empezaban a inundarse de lágrimas. Respiré profundo y lo abracé... era lo mínimo que podía hacer, no tuve palabras para fortalecerlo, solo lo abracé. De pronto el me esquiva y me dice:
- Por eso yo nunca ando amargado, ni triste, siempre me gusta estar alegre hacer las cosas de mejor manera. Soy rico en alegría, siempre le regalo sonrisas a las personas; cuando alguien no encuentra alguna dirección yo la ayudo a buscarla y a pesar de mi pobreza soy la persona más feliz de este mundo porque tengo algo importante que es la Vida.
Sus palabras me sorprendieron, nunca había escuchado a un niño de unos 8 o 9 años expresarse tan sueltamente y de una manera impresionante, sin duda fue un enviado de Dios, lo denomino así porque al día siguiente lo quise invitar a comer, pero ya no estaba en el mismo lugar donde me lo encontré... Pregunté a las personas del sector y nadie había visto a ese niño.
Seguí mi rumbo y reflexioné ¡qué buenas lecciones que te deja la vida! de ahora en adelante sonreiré y trataré de ser lo más humilde y sencillo posible...
Wow! De lo menos esperado casi siempre se encuentra algo extraordinario! :)
ResponderEliminarSe aprende mucho si te sientas con un desconocido un momento. Genial el texto.
ResponderEliminarLas cosas pasan por un propósito (:
ResponderEliminarNo solo hay que saber valorar a las personas sino de los detalles y mensajes que se nos presente. Y ese niño, nos deja una gran lección de vida.