Respete Señor Presidente

Uno de los principales valores que nos enseñan desde pequeño es el respeto a los demás. Y generalmente nuestros padres son quienes deben de ponernos el ejemplo para poder aprender lo que es ese importantísimo valor. En la escuela, los profesores hacen cartelitos, dibujos y talleres o trabajos en grupo para analizar y sacar conclusiones de los valores fundamentales que todo ser humano debe tener.

Sin embargo, me apena tanto que el Señor Presidente de la República del Ecuador, el economista Rafael Correa Delgado, siendo un hombre graduado en uno de los colegios más importantes de la ciudad de Guayaquil como es el Colegio San José La Salle (donde yo también me gradué), habiendo seguido una carrera en una de las instituciones universitarias con varios años en la ciudad como la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (donde yo también me incorporé como Licenciado en Comunicación Social) y habiendo ido al extranjero a reafirmar y ampliar esos conocimientos aprendidos en la Universidad de Lovaina, en Bélgica, no tenga ni siquiera una gota de respeto hacia los demás, en especial a las mujeres.

Ayer (sábado 11 de junio), en su enlace sabatino escuchaba cómo criticaba duramente a la prensa ecuatoriana y a los periodistas. Pude escuchar cómo ridiculizaba a Janet Hinostroza, periodista de Teleamazonas tratándola de "coloradita" y "pelucona". Me dio vergüenza ajena que un Presidente de la República utilice su espacio de los sábados para ponerse a confrontar, a criticar y a mofarse de quien le de la gana. Así mismo, hace dos semanas sacó a relucir un caso que ya fue sentenciado hace varios años. Un caso sobre la Terminal Terrestre de Guayaquil en donde se lo involucra al ex director de Diario El Universo, Carlos Pérez Perasso (+) desprestigiando la imagen y la honra de un forjador de la prensa ecuatoriana y un ilustre personaje guayaquileño, escarbando un hecho que ocurrió hace más de 20 años. Pregunto, en caso de que el Señor Presidente haya querido analizar los supuestos actos de corrupción que hubiera existido en esa contratación, ¿por qué entonces no se dedica también a escarbar el pasado de muchos casos que no han sido juzgados, que han quedado en la impunidad y en donde se ha olido a corrupción?. Pongo como ejemplo al ex ministro de Deportes, Raúl Carrión, al caso del ex ministro de gobierno Gustavo Larrea, sobre los Pativideos, sobre la impunidad en el caso de la muerte de Nathalia Emme, etc. Y si queremos ir mucho más atrás, entonces que se investigue también a Mahuad, a Bucaram, que se de con el paradero de los desaparecidos hermanos Restrepo y muchos otros casos más que han quedado archivados, olvidados e impunes.

¡Es una injusticia Señor Presidente que usted todas las semanas se dedique a criticar a la prensa y que la tilde de corrupta! Lo más justo sería que hable de las estrategias de seguridad ciudadana que el pueblo las necesita de manera urgentes, que hable de cómo un pequeño productor puede tener una plaza laboral estable, cómo erradicar la violencia, la delincuencia, las muertes. Cómo hacer o qué hacer para que el sistema judicial sea eficiente y brinde la suficiente confianza y garantice justicia a los ciudadanos. Eso creo yo, debería hacer usted, Señor Presidente, no criticar a sus opositores, no burlarse de los defectos físicos de las personas que no son de su agrado, no hacer chácharas de lo que ocurre en el país.

El pueblo ecuatoriano lo eligió a usted para que el país despegue hacia nuevos horizontes, no para que lo divida como lo está haciendo constantemente, apelando al resentimiento social entre clases, entre razas y entre ciudades. El pueblo ecuatoriano no lo eligió para que insulte a las personas, para que con tono autoritario quiera hacer y deshacer a su conveniencia las cosas. No lo eligió para que le esté diciendo "vieja pelucona", "gordita horrorosa", "pitufo", "macho bravo", "prensa corrupta" y un sinnúmero de malos adjetivos que sinceramente afean su imagen como Primer Mandatario y es blanco de críticas, achaques y odio hacia usted.

Señor Presidente, respete a sus ciudadanos. Respete a las mujeres, que son un tesoro hermoso que Dios nos ha dado a los hombres. Respete para que lo respeten. Demuestre su caballerosidad, su educación, sus valores principalmente el respeto a los demás. Haga obras que a la gente le guste y vuelva a confiar en usted. Retome la confianza de su gente y del Ecuador entero poniendo mano dura no a la prensa ni a los periodistas ni a sus opositores, sino a los que en verdad joden y destruyen la sociedad como son los delincuentes, violadores, narcotraficantes y asesinos.

Solo así, usted volverá a sentirse querido por este pueblo que lo eligió a usted democráticamente confiando en que el Ecuador será diferente. Haga realidad la revolución ciudadana, más no la represión ciudadana.

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