14 obras de Gonzalo Endara Crow son restauradas

 


Han pasado 22 años desde que el centro comercial Plaza Mayor abrió sus puertas y uno de sus atractivos, dentro y fuera del establecimiento, son las esculturas del artista ecuatoriano Gonzalo Endara Crow, ya fallecido.



El paso del tiempo, sin embargo, ha deteriorado algunas piezas de esta obra que da vistosidad al sitio. De ahí que la actual administración de este mall, ubicado en la tercera etapa de la Alborada, emprendió desde el 29 de julio pasado un proyecto de reparación y mantenimiento de las catorce obras del artista ecuatoriano.

Guillermo Amado, administrador de Plaza Mayor, manifiesta que “hay una campaña grande por parte de la directiva que quiere rescatar las obras de Gonzalo Endara Crow, ya que desde hace 22 años que tiene el mall no han recibido ningún mantenimiento y algunas piezas han sido afectadas por el sol, la lluvia y el polvo con el paso del tiempo”.

Amado no revela el monto que será destinado para el proyecto, pero indica que el dinero que se gastará saldrá de “los fondos de la recaudación de las alícuotas” de los 105 locales y 20 islas que posee el centro comercial.

Las esculturas están siendo restauradas por los empleados de mantenimiento del centro comercial y hasta el momento se han reparado las obras Danza de los peces, ubicada en la esquina de la av. Rodolfo Baquerizo Nazur y calle Segundo Cueva, y que funciona como fuente; y Caballo azul, situado en la parte lateral de esta última calle.



Aún faltan por restaurar “algunas obras que se encuentran en la planta baja y el ícono que es el tren, que está en la parte frontal del edificio”, señala el administrador.


Luego del proceso de restauración se le colocará a cada obra un sellante final y brillo para que las piezas perduren más tiempo.

Observaciones
Sin embargo, hay observaciones al proceso de restauración.

El artista plástico ambateño y radicado en Guayaquil Hernán Zúñiga opina: “siempre una obra de arte, cuando se trata de restauración, en lo posible debe ser orientada por su propio autor; en caso de que el autor no exista, debe hacerlo un personal altamente calificado bajo parámetros técnicos y estéticos”.

Similar comentario pronuncia la hija del artista, Patricia Endara. “Está bien que hagan esta restauración, pero ellos pueden decidir cambiar de color, ponerle otro material, pueden decidir cualquier cosa y eso no es así, porque pueden modificar la obra por completo”.


Según el administrador de Plaza Mayor, “la directiva ha tenido el asesoramiento de artistas”, aunque dice desconocer quiénes fueron los que dieron la orientación.

Según Amado, “la restauración en sí no implica mayores cambios. No vamos a alterar el sentido de las obras, estamos reestructurando partes básicas como azulejos, madera y otros materiales”. Adujo que la restauración la realizan empleados de mantenimiento del centro comercial y no profesionales, porque no cuentan con suficientes recursos económicos.

Se tiene previsto que para el 15 de diciembre de este año todas las esculturas ya estén totalmente rehabilitadas.

Significado
Entre 1989 y 1990 se empezaron a construir las catorce obras en el centro comercial. Aquí participaron cientos de albañiles que incluso dormían en el interior del establecimiento, recuerda Rubí Chiriboga, esposa de Gonzalo Endara.

“La mayoría de las obras no tiene nombre, más bien son representaciones icónicas de las pinturas de Gonzalo Endara”, explica Rubí.

Indica que las torres de la fachada “son las de la iglesia de El Morro”, parroquia de Guayaquil.


Algunas piezas de fibra de vidrio y malla fueron construidas en Cuenca, Quito, y trasladadas a Guayaquil. Las de cemento y hierro las realizó el artista aquí.

Hernán Zúñiga manifiesta que las obras de Gonzalo Endara Crow tienen un significado específico para la sociedad.

“A nivel artístico, Gonzalo Endara denominó a sus obras como realismo mágico andino, con una pintura muy bonita para todo ojo y que constituía con sus esculturas que sea una ornamentación urbana en el espacio público; y en Plaza Mayor lo logró con imágenes que son agradables y que gustan a primera vista”, dice Zúñiga.
 


Nota: Texto también publicado en Viva Alborada
Fotos: Jorge Peñafiel, El Universo

Comentarios

  1. Cuántos buenos recuerdos de mi ninez en aquel tren!!! Un gusto leer este post, vivir desde siempre cerca al c.c. me causaba tristeza ver las esculturas deterioradas y olvidadas, las ballenas con su fuente apagada desde hace anos y la pileta de ballena interior ahora ocupada por juegos electronicos. Ya era tiempo que la administracion tome en cuenta el valor historico y cultural de este inigualable establecimiento.

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  2. es muy dificil poder olvidar recuerdos tan lindos espero que teng otiempo que no he ido ah ese lugar se hag alog real para que se conserve como algo historico para la generacion pasada que entra a una edad adulta y poder ir algun dia con mi hijo y enseñarle donde jugo el padre de niño

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