Dejemos la ingenuidad a un lado
"No hay peor ciego que el que no quiere ver' dice un dicho, y en efecto, a veces somos tan ciegos que no nos damos cuenta de las verdaderas realidades y circunstancias que suceden en nuestro alrededor. Nos dejamos engañar por las apariencias, por caras bonitas, por simpatías falsas y un montón de situaciones más que por culpa de nuestra ingenuidad caemos en trampas peligrosas que solamente nos damos cuenta una vez que hemos sido atrapados.
Nos dejamos influenciar por personas que simplemente buscan un interés específico y para benficio de ellos. Somos totalmente ingenuos, no digo inocentes porque creo que cada persona tiene un poco de astucia y malicia.
La credulidad de las personas, va de la mano de una imagen de seriedad, transparencia, confianza e ímpetu; sin embargo son tantas circunstancias que opacan esa credulidad de la persona que la irradia hacia sus simpatizantes. Una de los errores sería caer en el mismo error. La gente no te perdona nada, pero hay que saber levantarse y seguir, y de eso se aprovechan los astutos para comerse vivos a los ingenuos e inocentes, haciéndoles creer que el malo de la película es aquella persona que erró en primera instancia.
Un claro ejemplo es el cuento del lobo y la caperucita roja... El lobo es el astuto y el que actúa con malicia, caperucita es la ingenua, la inocente que se deja llevar por una falsa impresión.
La ingenuidad de las masas, es propio de una sociedad ignorante, con poca capacidad para analizar y razonar, de una sociedad insegura y facilista que se vende al mejor postor. Parecería ser que en la universidad que se supone que es un centro de educación superior, muchos de sus integrantes (alumnos) tienen un grado gravísimo de ingenuidad y pobreza al ser juiciosos y analíticos en las diferentes circunstancias, puesto que el ambiente que los rodea es de mediocridad total, donde emplean la mayor parte de su tiempo a ver a quién se comen vivo para engatuzarlos y atraparlos en sus redes. Generalmente esas personas que se dejan llevar por la ingenuidad son de poco espíritu crítico.
Si nos damos cuenta de las circunstancias que se reflejan como positivas a sabiendas de que son engañosas, actuemos con verdadera astucia, no nos dejemos llevar por falsos pragmatismos. Dejemos la ingenuidad a un lado.
"Los hombres viven, en general, el presente con una cierta ingenuidad; esto es, sin poder llegar a valorar exactamente sus contenidos"
Sigmund Freud
Sigmund Freud
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