De un personaje a su escritor

Por: María Lorena Murillo Castro 

@MaLobita

Querido creador:

Soy el personaje que está dentro de tu cabeza, aquel que no dejas salir por estar ocupado en tus asuntos banales, citas, estrés, hipoteca, la bolsa de valores, etc.  Es hora de que te sientes, tomes una taza de café y empieces a formarme.  Estoy listo para saltar al mundo de los libres.  Estoy listo para vivir la historia que me pongas en frente. 

Sé que aún no me tienes definido, solo soy un pequeño destello de luz en el mar de oscuridad que es tu cabeza.  Intuyo que estás pensando en una nueva novela, ya casi no tienes fondos en tu cuenta, ni dinero en los bolsillos, ésta es tu oportunidad para “parirme” como lo hacen las madres con sus hijos. 

Soy parte de ti y tengo algunas pistas de tu siguiente novela seguramente habrá una bella y enigmática protagonista, un amante osado, villanos divertidos, cobardes, habrá de todo; te conozco bien pero ¿Cómo encajo yo allí? Justamente, ese es el problema, aun no soy nada, aún ni siquiera tengo un nombre o algunas características, todavía pertenezco al mundo de la nada.

Quieres poner algo de ti en mí, aunque preferiría que no lo hagas, déjame ser libre, deja que yo guíe tu mano cuando me describas.  Tengo ganas de ser divertido, un héroe o un villano, un policía o un bandido; confío en ti, sé que harás de mí el personaje que todos quieren ser; también hazme valiente, capaz de enfrentar todas las aventuras que tu pluma me designe, haré todo lo que a tu mente le plazca, atravesaré los océanos, lucharé contra la mafia, descifraré códigos, cualquier cosa, lo único que te pido es que no me obligues a enamorarme.  Te lo suplico, porque sé que contra ti no puedo luchar, tú me crearás y harás de mi lo que tu imaginación decida.

Estoy harto de que escribas cursilerías solo para ganar dinero, ya sé que el amor vende y bla bla bla, pero por favor ¡no más! Yo estoy en tu cabeza y sé que no crees en el amor, y yo desde mi concepción me niego a creer en el amor.  No me mal entiendas, quiero tener muchas mujeres, sin enamorarme de ninguna, quiero que me hagas inmune a esa enfermedad.    

Me pregunto y si fueras diseñador, o pintor, o escultor, yo sería de otra forma, estaría plasmado en el óleo o sería de barro, ¡No, que martirio!  Estar allí pegado, sin moverme sin sentir, sin volar, sin flotar, sin vivir.

Que afortunado que soy en que tú seas escritor, estoy hecho de letras que me dejan ser libre, que me dejan viajar en el papel, atravesar el tiempo, romper la gravedad,  causar furor, ser leído, ser recordado, admirado, odiado; todo gracias a ti, siempre habrá alguien que quiera ser yo. 

Ya sé lo que quiero que hagas de mí, quiero que me hagas escritor, para poder ser igual que tú, escribiré muchas historias, inventaré mundos, cosas inexistentes.  Hazme escritor y seré tu orgullo. 

Con cariño, aquel que todavía no tiene nombre, no es, ni existe.